Críticas: obra


CUANDO CONVERGE LO DICHO CON EL MODO DE DECIR

Una Multitud singular

El título Una Multitud Singular anticipa algunas de las características y temáticas de la obra creada en Montevideo bajo la dirección de la compañía uruguayo-alemana Lupita Pulpo y presentada la semana pasada en la Sala Zavala Muniz. En ella se presenta por un lado un conjunto heterogéneo de individuos, por otro una reflexión performativa sobre las características de un grupo tal (por multitudinario y singular). Esta reflexión es metadiscursiva en tanto hace de la multitud su materia prima al mismo tiempo que su tema. El proceso de creación se apoya en múltiples referencias estéticas y teóricas (disponibles en el cuaderno de notas del proceso creativo http://unamultitudsingular.blogspot.com) que raramente tienen vinculación directa con la danza aunque son traídas a este terreno discursivo y recodificadas, en un diálogo creativo. En esta extensión virtual de la propuesta se manifiesta el carácter colaborativo de la metodología de creación, coherente con los objetivos de Lupita Pulpo; “trabajar en colaboración para así crear vínculos entre personas y países, intercambiando experiencias y conocimiento que pueden derivar en una creación. Una de las premisas principales es situar el trabajo en un contexto contemporáneo. Preguntarse, escuchar, dar espacio y dialogar son cuestiones centrales en el proceso de trabajo”.
Estructurada sobre los principios de (co)evolución y sinergia, la dinámica compositiva de la obra puede verse como un ensayo coreográfico sobre la experiencia de la multitud en la sociedad contemporánea. Es así que se plantean una serie de situaciones y relaciones corporales, destacándose en la propuesta la capacidad de reflexionar y dialogar desde éstas, sobre los nuevos modos y dinámicas de sociabilidad. Los interlocutores para este diálogo son el colectivo creativo, los espectadores y ciertas visiones sobre las transformaciones en los vínculos sociales, sobre los que Una Multitud explora temáticamente. El estudio de lo colectivo como algo que “no perjudica, no atenúa la individuación, sino que la persigue, aumentando desmesuradamente su potencia" caracteriza los planteos de autores como Tony Negri, Giorgio Agamben o Paolo Virno, cuyas reflexiones parecerían haber sido incorporadas operativamente al proceso creativo. La composición escenifica y discute principios como interdependencia, cooperación, influencia, contaminación, liderazgo, antagonismo, competencia, intermediación, pertenencia, incorporación, organización, escucha, dispersión… pero las estrategias para hacerlo resultan inaprensibles para la palabra. El discurso corporal está indiscerniblemente asociado a los cuerpos que lo pronuncian y que sin abandonar su singularidad son inteligibles únicamente en la integración de un uno colectivo. Al mismo tiempo la composición resulta en extremo simple, sin por ello ser superficial sino más bien transparente, no artificiosa, no metafórica. Su potencia se asienta en la materialidad concreta de las situaciones, sin referencias a algo anterior o posterior a las mismas. Tal vez es la extrema fidelidad a esta consigna lo que produce una sensación de indeterminación o pequeños momentos donde el foco se vuelve un poco difuso. Durante casi una hora se suceden danza individual con movimientos corales homogéneos, habiendo espacio para el silencio y la pausa así como para el micromovimiento y el desenfreno psicodélico de un ritmo grupal casi mántrico.
Sin otro sonido que el de la respiración y la voz de los intérpretes, los cuerpos son figuras sobre un fondo blanco, que colabora con el efecto de una escritura poética performativa. La luz está a cargo de Leticia Skrycky, joven que demuestra un creciente talento y riesgo en la experimentación en sus últimas creaciones. Su aporte resulta fundamental en esta propuesta, sorprendiéndonos con recursos que a su vez demuestran una comprensión del lenguaje escénico y dancístico. El colectivo de artistas creadores constituye en sí mismo un conjunto heterogéneo y dispar: bailarinas de trayectoria en sus 40, un actor incursionando en la danza, intérpretes muy jóvenes en sus primeras experiencias escénicas (compartiendo tablas con sus maestras), la pareja de vida y creación de Hernández y su propio hermano quien viniendo del mundo audiovisual debuta en su rol de octavo integrante del conglomerado.
En un camino próximo a la fenomenología de la percepción, esta propuesta indaga en ese espacio donde lo dicho se confunde con el modo de decir, en donde la palabra vibra en su mayor potencia. Traduciendo este principio a la danza es posible identificar en esta creación los resortes de un cuerpo que filosofa en la acción, que existe en la forma y que permeabiliza los límites entre lo individual y lo colectivo, lo interrogado y la propia acción de interrogar.
Una Multitud Singular fue la primera del ciclo Montevideo Danza Contemporánea 2011 fruto de la cooperación entre el Teatro Solis y la Fundación Itaú y dirigido y producido por Leonardo Durán, cuya segunda edición presenta 8 obras de este lenguaje entre los meses de marzo y noviembre.

Lucía Naser, Semanario Brecha, Marzo 2011.


Comentarios del público:

"ME GUSTO LA PARTE QUE HACIAN UN MOVIMIENTO DESPACIO, ME GUSTÓ CUANDO SE QUEDARON TODOS PARADOS QUIETOS, QUIERO SALUDARLOS Y FELICITARLOS. INTENTAMOS ENTRAR EN EL CAMARINO CON MI MAMÁ PERO NO NOS DEJARON. ME GUSTÓ LA PARTE QUE SE PELEARON Y ME GUSTÓ LO DE LA ROPA. NO LOS PUDE VER PORQUE SE ESTABAN BAÑANDO. ME GUSTÓ LA PARTE DEL CUADRO DONDE LA CHICA RUBIA QUEDA SOSTENIDA POR TODOS Y DESPUÉS RESBALA TAMBIÉN SOSTENIDA, ME ACUERDO DE UNAS MANOS EN LA COLA."

MANUELA, 4 años.